Cuatro ciudadanos haitianos murieron en el municipio peruano de Desaguadero, que alberga el principal paso fronterizo con Bolivia, como consecuencia de los bloqueos en las carreteras por las protestas antigubernamentales en Perú, que han cobrado la vida de más de 50 fallecidos desde diciembre.
“Lamentamos el fallecimiento de cuatro ciudadanos haitianos en Desaguadero que han fallecido por afecciones pulmonares, porque no se han podido desplazar y lamentablemente han fallecido al no poder tener acceso a los servicios de salud por permanecer las carreteras bloqueadas”, declaró el primer ministro peruano, Alberto Otárola, en una declaración sin preguntas.
El jefe del gabinete ministerial lamentó también el fallecimiento de “dos compatriotas” durante la jornada en la que estaba convocado un paro nacional.
Se trata de dos hombres que fallecieron en la sureñas regiones de Puno y Arequipa tras enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden.
Estas seis nuevas muertes en el sur, que ha sido el epicentro de las protestas antigubernamentales tras la tregua navideña, elevan a 59 el total de fallecidos durante las movilizaciones desde que comenzaron en diciembre pasado en el país, tras el fallido autogolpe del expresidente Pedro Castillo.
En concreto, las protestas han dejado 44 manifestantes y un policía muertos, mientras que otras 14 personas, entre ellas un bebé nonato y los cuatro haitianos, han fallecido por distintas causas provocadas por los bloqueos de carreteras.
Según datos oficiales, los puntos con tránsito interrumpido ascendieron este jueves a 127 debido a los bloqueos de carreteras que afectaron 26 vías de 18 de las 25 regiones peruanas.
Entre las afectadas figuraba la carretera Longitudinal de la Sierra Sur a la altura de Desaguadero (Puno), uno de los principales puntos de tránsito hacia Bolivia.
Perú afrontó este jueves una intensa jornada de protestas en varias regiones del país, que incluyeron intentos de tomar los aeropuertos de Arequipa, Cuzco y Juliaca, así como una masiva movilización en el centro histórico de Lima, donde hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta, Dina Boluarte, y el cierre del Congreso, así como la convocatoria a elecciones generales para este año y a una asamblea constituyente.
En respuesta a las protestas Boluarte ratificó que su “Gobierno está firme” y acusó a los manifestantes que piden su renuncia de querer “quebrar el Estado de derecho”.
Anunció, en ese sentido, que las autoridades actuarán “con todo el peso de la ley” y están “individualizando a estos malos ciudadanos que están generando actos de violencia”.
«Los actos de violencia generados a lo largo de estos días, desde diciembre hasta ahora, en enero, no quedarán impunes, el Gobierno actuará dentro del marco de la Constitución y las leyes”, dijo.