El ciclista italiano Michael Antonelli falleció el pasado 3 de diciembre en Italia, luego de ser ingresado al hospital de San Marino, lugar de donde era originario, por complicaciones respiratorias causadas por el SARS-CoV-2 causante de la Covid-19.
Michael Antonelli, la promesa del ciclismo italiano, había cumplido apenas 21 años el pasado 30 de noviembre.
Su estado de salud pareció preocupante de inmediato a pesar de ser trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos. Su madre, Marina, su hermano Mattia y miembros de su familia permanecieron cerca de él hasta el final.
El coronavirus dio el golpe definitivo al cuerpo del joven ciclista que en agosto de 2018 fue protagonista del terrible accidente durante la 72 edición del Florencia-Viareggio, clásico para las categorías élite y Sub 23.
El calvario del joven que corrió para el Mastromarco Sensi Nibali y había elegido las dos ruedas por pasión comenzó hace dos años y medio, cuando tras 91 kilómetros de carrera cayó por un acantilado de la etapa toscana de San Marcello Piteglio.
Perdió el control de la bicicleta al final de un descenso, involucrado en el deslizamiento junto con otros cuatro ciclistas. Se las arreglaron para salirse con la suya con algunos moretones, fue peor para él. Cayó unos veinte metros y el impacto con el suelo fue violento.
Las consecuencias del golpe en la cabeza fueron graves: Michael Antonelli entró en coma y desde entonces nunca había podido recuperarse de las lesiones.
Inmediatamente fue trasladado al hospital Careggi de Florencia, donde permaneció internado en Cuidados Intensivos durante algún tiempo. Fue solo al comienzo de un camino que debería haberlo ayudado a volver a la ‘vida normal: se sometió a rehabilitación primero en el instituto Montecatone y luego en el Centro de Rehabilitación Light Sea en Torre Pedrera di Rimini.
El contagio y los efectos del coronavirus le han quitado la última oportunidad que tenía para dejar atrás esa mala pesadilla.
