Colectivos feministas exigen que se castigue a Erik «N», acusado de apuñalar en 47 ocasiones a su ex novia Mya, el año pasado.
Los colectivos piden que sea juzgado con perspectiva de género luego que tras apuñalar a la joven la abandonara en un terreno baldío y luego él huyera.
De acuerdo a medios nacionales, Erik aún es menor de edad, por lo que logró ampararse para evitar ir a prisión como lo había ordenado un juez.
Por lo anterior, en el Congreso de Chihuahua ya se impulsa la “Ley Mya” para castigar con todo el rigor de la ley y evitar que menores de edad que cometan este tipo de delitos sean impunes solo por no tener la mayoría de edad.
“Logramos que se cambiaran las medidas cautelares y que se detuviera al agresor, pero desde el inicio no se ha juzgado con perspectiva de género; hoy nos damos cuenta de que Chihuahua sigue siendo un estado letal para las mujeres, es donde se han señalado más feminicidios en todo el país, y aun así estas cosas suceden al amparo de las autoridades”, indicó Roberta Gutiérrez, del colectivo Asamblea Feminista, para Aristegui Noticias.
La semana pasada el agresor, quien estuvo prófugo 17 días, acudió al Tribunal Superior de Justicia del Estado en la ciudad de Camargo para hacer válido el amparo que había obtenido y evitar su detención por el intento de homicidio de la joven Mya Naomi.
¿Qué pasó con Mya?
En octubre del 2022 Erick apuñaló en 47 ocasiones a la joven, quien tras lograr sobrevivir identificó a su agresor, quien era buscado por la Interpol.
El joven fue detenido en Camargo por la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de Chihuahua, pero no fue juzgado por ser menor de edad y quedó en libertad.
Posteriormente logró huir, pese a la orden de aprehensión girada por un juez; después logró ampararse.
Las medidas cautelares impuestas fueron que deberá usar un localizador electrónico, firmar periódicamente en el juzgado y no acercarse al domicilio de Mya, pues ya lo había intentado.
De acuerdo al medio Proceso, debido a la presión pública, la Fiscalía ordenó la reaprehensión inmediata del agresor para que permanezca internado en un Centro de Reinserción para Adolescentes Infractores (CERSAI).