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En Reforma, Rubén Blades prendió a 120 mil personas que recibieron 2024

En la fiesta de Año Nuevo 2024 en Paseo de la Reforma se dieron cita más de 120 mil personas, según datos de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Fue el último reventón del año, encabezado por el músico, compositor, cantante, actor y político panameño Rubén Blades.

El concierto comenzó en punto de las 22:30 horas con el tema Mambo Gil. Enseguida, el poeta de la salsa, con su clásico sombrero negro y saco azul, interpretó Plástico y La Palomilla.

Buenas noches. Primero, muchas gracias por tenernos aquí. México tiene una extraordinaria calidad artística y el hecho de que nos hayan considerado para estar aquí lo agradecemos profundamente, afirmó Blades, quien estuvo acompañado por la orquesta de Roberto Delgado y su big band, integrada por 20 músicos de talla internacional.

Entre el público se encontraban la pareja de Rolando y Lina, vecinos sexagenarios de Coyoacán. Esa noche fue la primera vez que asistieron a la celebración del Año Nuevo en las calles de esta metrópoli. Sólo quiero desear que el próximo año haya buena vibra para todos, destacó Rolando.

Carlos, jefe de familia y padre de tres hijos, lleva ocho años asistiendo a la celebración en Paseo de la Reforma. Él y sus acompañantes llegaron desde Tizayuca en transporte público. La ciudad estaba medio vacía; regularmente traigo mi carro, pero ahora venimos en camión. Nunca faltamos a los conciertos de fin de año, dijo.

Maia, Linda y Phillip, migrantes haitianos, expresaron: está chingón todo: la música y comida, es nuestra primera vez acá.

La única queja que varias personas compartieron fue la falta de baños públicos.

Un par de horas antes del concierto, en un ambiente amigable, se observó a familias, parejas y grupos de amigos caminando por los alrededores de la Glorieta del Ahuehuete, donde se desarrolló el concierto. Todos bien abrigados y con parafernalia relativa al gran festejo, como sombreros, diademas o lentes con el número 2024.

Bares abarrotados

Los bares de la Zona Rosa se veían abarrotados de juerguistas, que al ritmo de las canciones levantaban bien arriba sus tarros de cerveza. También hubo quienes aprovecharon la algarabía y comieron unas tlayudas o elotes que se ofrecían a las orillas de la avenida.

Comerciantes ambulantes vendieron los clásicos sombreros con el número 2024 impreso o unas diademas con luces a 140 y 70 pesos, respectivamente; y si alguien quería seguir la tradición de comer uvas, ahí mismo se vendieron a un precio de 80 pesos por kilo.

Con Blades, los asistentes bailaron al ritmo de melodías como Decisiones, Arayué, Buscando guayaba, Paula C. y Ojos de perro azul (compuesta por Rubén a partir de un cuento de su gran amigo Gabriel García Márquez), con pasos elegantes y vueltas frenéticas. Los improvisados bailarines formaron varios círculos entre la multitud que los fotografiaba y animaba.

Blades mantuvo continua comunicación con sus fieles seguidores, quienes llevaban fotografías y playeras con su rostro, además de que se adueñaron de los lugares más cercanos al escenario y celebraron cada canción que el panameño tocó, acompañado por sus maracas pintadas con los colores de la bandera de su país, al tiempo que saludaba a un dron que sobrevolaba el sitio.

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