Contrario a lo que asegura Conapesca e Inapesca, el embargo contra el camarón mexicano por parte del gobierno de Estados Unidos abarca toda la producción nacional, sin importar el método de captura, ya que sólo se permite la exportación que salga de granjas acuícolas.
El retiro de la certificación anunciada por el Departamento de Estado de EU, y que aplica desde el pasado 30 de abril, incluye el camarón silvestre en su totalidad, tanto el capturado por la flota de altura con redes de arrastre como el que obtienen los pescadores artesanales o ribereños con redes agalleras y chinchorros.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) aclara el comunicado de prensa del viernes pasado de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), donde erróneamente afirma que se podrá seguir exportando el camarón que no haya sido capturado con redes de arrastre.
El Servicio Nacional de Pesca Marina (NMFS) de la NOAA explicó que el camarón capturado por pequeñas embarcaciones se podría confundir con el de los grandes barcos y México “tendría la carga de demostrar que puede rastrear el producto lo suficientemente bien como para asegurar que no hubo ninguna mezcla”.
“Esto tendría que ser verificado por el Programa de Monitoreo de Importación de Productos del Mar de NMFS y el Departamento de Estado de EU.
Indicó que, en resumen, no se permite la venta de camarones silvestres de México en territorio estadunidense hasta que se obtenga de nueva cuenta la certificación, que se perdió por el uso inadecuado de los Dispositivos Excluidores de Tortugas (DET’s).
Además, subrayó que en el caso de los camarones del Alto Golfo de California es un proceso de embargo diferente y se tiene que buscar una solución por separado, ya que tiene que ver con la protección a la vaquita marina y el combate al tráfico ilegal de pez totoaba.