El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que no se hará la prueba tras el contagio de Zoé Robledo, director delIMSS, quien este domingo resultó positivo a COVID-19 después de estar el viernes en un evento con el mandatario. El titular del IMSS confirmó su contagio la noche del domingo al sostener que “se mantiene vigilancia epidemiológica del caso y de sus contactos”. Apenas el viernes, Robledo Aburto estuvo en la conferencia matutina en Tabasco con el presidente, el secretario de Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas. Aun así, López Obrador argumentó que la prueba solo debe realizarse a personas con síntomas como tos seca, dolor de cabeza y fiebre. Pese a estar en la fase de reactivación económica de la “nueva normalidad“, México sigue en la fase más crítica de COVID-19, al acumular 117 mil 103 casos y 13 mil 699 muertos confirmados.
Robledo es el último contagio de alto perfil dentro del gobierno federal, al dirigir una de las principales instituciones que lideran la lucha de México contra el coronavirus. Otros casos han sido los de Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública (SFP), y Ricardo Sheffield, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). A pesar de los cuestionamientos, López Obrador reinició sus giras la semana pasada por estados del sureste del país, donde supervisó el avance de sus obras emblemáticas, como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas. Este lunes, el propio mandatario reconoció la importancia de seguir con las medidas de higiene y distanciamiento social para contener la propagación de la enfermedad. Por ello, informó que aún no está confirmada su visita a Estados Unidos prevista para julio con motivo de la entrada en vigor del T-MEC.