El cierre de clínicas y las limitaciones que todavía existen en ciertas partes de México han complicado el derecho al aborto durante la pandemia, poniendo en riesgo la vida de muchas mujeres. Encerrada en una habitación en Tijuana, Bianka Verduzco decidió abortar durante la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. Este es un fragmento de un poema de 43 versos donde Bianka desahogó el episodio de dolor que vivió al abortar por segunda vez. Ahora en medio de una contingencia sanitaria que suma 56 mil 594 casos y 6 mil 90 muertos, se dificulta el aborto en un país que restringe la interrupción segura y legal en parte de su territorio. En México, el aborto se regula a nivel estatal y hay circunstancias bajo las cuales no se castiga o no se considera como delito.
En 24 de los 32 estados, el aborto está permitido cuando representa peligro de muerte para la madre, en 16 cuando existen alteraciones genéticas graves y en 15, el riesgo a la salud y la inseminación artificial no consentida son las causas aceptadas, mientras que solo dos aceptan razones socioeconómicas. En los 32 estados del país el aborto es legal cuando el embarazo es producto de una violación. Hasta ahora, solo la Ciudad de México y Oaxaca permiten el aborto legal hasta las 12 semanas de gestación. Una situación parecida a la del vecino Estados Unidos, donde cuatros estados han aprovechado la pandemia para restringir el acceso al aborto. En el país hay mujeres que deben recorrer largas distancias para encontrar una clínica donde poder interrumpir su embarazo, en regiones llamadas “desiertos del aborto”.