En plena emergencia climática y cuando México enfrenta el punto más alto de la pandemia de Covid-19, que tuvo su origen en el abuso de los recursos naturales por parte del ser humano, continúa la devastación de mangle en los humedales de nuestro país, que sirven como barrera natural contra huracanes e inundaciones, absorben el doble de carbono que los bosques, regulan el clima y son sitios de reproducción y supervivencia del 40 por ciento de nuestra biodiversidad.
En el marco del Día Mundial de los Humedales, ejidatarios de la Unión de Corrientes dentro de la Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales, denunciaron la tala ilegal de 30 hectáreas de mangle blanco (Laguncularia racemosa), catalogada como especie «Amenazada» en la Norma Oficial Mexicana 059, en un predio ubicado en el municipio de Tuxpan, Nayarit, refugio de aves migratorias, jaguares y venados.
De estos hechos, primero avisaron de manera verbal el pasado 15 de enero a la representación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en el estado, pero al no haber respuesta, presentaron un escrito con fecha del 18 de enero ante la Fiscalía General de la República (FGR) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), sin que hasta el momento tomen cartas en el asunto.
En los videos presentados como pruebas por los denunciantes, quienes ahora son amenazados de muerte por los talamontes, se observa maquinaria pesada arrasando con el mangle blanco sin misericordia, para después prender fuego en el terreno con el fin de desaparecer cualquier rastro de la especie protegida, dentro de Marismas Nacionales, reserva que alberga el 20 por ciento del total del manglar que existe en México.
Según las coordenadas el predio devastado se ubica a tres kilómetros al suroeste del ejido de Unión de Corrientes, donde hace aproximadamente dos años se intentaron construir dos granjas acuícolas para la producción de camarón y tilapia, dentro del polígono de la Reserva de la Biosfera Marismas Nacionales.
De acuerdo con el artículo 420 Bis del Código Penal Federal, la tala de manglar puede alcanzar una pena de dos a 10 años de prisión y una multa de trescientos a tres mil días, cuyo monto se define por el juez conforme a la condición económica del infractor o del beneficio obtenido por la actividad ilícita.
Además de que el artículo 171, fracción I, de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), establece una sanción de 30 a 50 mil Unidades de Medida y Actualización (UMA), es decir, de dos mil 688 pesos a cuatro millones 481 mil pesos, así como la ejecución de obras tendientes a la reparación del daño y restauración del sitio a su estado base, de acuerdo a la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental.