El cubrebocas es una barrera que protege a quien lo porta, además de que impide la transmisión del virus del COVID-19 y otras bacterias menos agresivas que tenemos en el organismo, de las cuales el ser humano no se percata de su existencia.
Ante la llegada de la pandemia, el protegerte con un cubrebocas, ya sea quirúrgico, de tela o filtros respiratorios como el KN95 o N95, se ha hecho una costumbre y una cortesía para demostrar la voluntad de prevenir más contagios.
Pero a raíz de su uso frecuente, se han generado mitos sobre un supuesto daño que estos pueden provocar al no permitir la ventilación de nuestro oxígeno.
El médico internista Israel Diarte explicó que solo existe un riesgo mínimo al usar solamente filtros respiratorios.
Solamente el uso del cubrebocas KN95 o N95, así como cualquier otro filtro respiratorio, ocasionará en la persona dificultades para inhalar oxígeno si se realiza un deporte o cualquier actividad que requiera un gran esfuerzo físico, debido a que su capa protectora es gruesa, lo que impide la salida del aire.
Una persona con un problema de salud respiratorio, por ejemplo, enfisema pulmonar, al portar este tipo de protección tendría una baja oxigenación y problemas para la expulsión del aire, por lo que el especialista recomienda que una persona que acostumbra a utilizarlos deberá cambiarlo por otro convencional a la hora de realizar ejercicio.
Una vez permitido que las personas que así lo deseen puedan visitar los parques para realizar deporte, se recomienda que a pesar de no haber aglomeraciones de personas, se utilice un cubrebocas sencillo, esto como una manera de prevención ya que puede presentarse la situación de que, al momento de caminar o trotar con mayor agilidad, el cuerpo presente agitación, que en algunos tiene como reacción toser, lo que generaría expulsar gotas de saliva.
El galeno hace el exhorto de que no relajen las medidas de prevención y sigan manteniendo las medidas de higiene durante esta crisis sanitaria.
En caso de que, por el sudor, el cubrebocas tienda a mojarse o ser incómodo al momento de correr, la Organización Mundial de la Salud recomienda retirarlo y guardar distancia de 1.5 m de cada persona.