Entre más residuos haya en los suelos, habrá más materia orgánica y mayor retroalimentación positiva para mantener su fertilidad y ciclos virtuosos en los ecosistemas, afirmó Bruno Chávez Vergara, del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM. En el Laboratorio de Biogeoquímica y Materia Orgánica del Suelo (BiogeoMOS), que pertenece al IGL y al Laboratorio Nacional de Geoquímica y Mineralogía (LANGEM), Chávez Vergara y colaboradores indagan los procesos básicos de la materia orgánica, que se compone de los restos de lo que alguna vez fueron organismos vivos, lo que queda luego de que los microorganismos aprovecharon lo que podían.
El suelo brinda servicios ecológicos como la regulación del clima y del ciclo hídrico, la productividad vegetal y la producción de alimentos; estos procesos están ligados con la cantidad y características de su materia orgánica. La materia orgánica es el almacén más importante de carbono orgánico en el planeta y está compuesta de las mismas moléculas de las que están hechos los seres vivos. Por ello, en el suelo hay residuos de plantas, animales y microorganismos, resumió.
Cuando un suelo se urbaniza y se cubre de concreto se rompe el ciclo ecológico y solamente sirve para detener las estructuras donde vivimos, advirtió.