El pequeño pueblo de Rock Valley, Iowa, con una población de aproximadamente 4 mil 200 habitantes, enfrentó evacuaciones urgentes el sábado debido a inundaciones catastróficas provocadas por semanas de intensas lluvias.
A las dos de la madrugada, las sirenas resonaron en toda la ciudad, instando a los residentes a abandonar sus hogares mientras el río Rock se desbordaba. Muchos residentes se refugiaron en los techos de sus casas, esperando la llegada de helicópteros de la Guardia Nacional para su rescate.
El alcalde Kevin Van Otterloo describió la situación como desesperada, destacando que las precipitaciones recientes han superado la capacidad de absorción del suelo local, dejando gran parte de la comunidad sumergida y sin acceso a agua potable debido a la inutilización de los pozos.
La gobernadora de Iowa, Kim Reynolds, declaró estado de desastre para el condado Sioux, que incluye a Rock Valley. La medida busca facilitar recursos de emergencia para ayudar a la comunidad afectada, que enfrenta una devastación sin precedentes en su infraestructura y viviendas.
