El ejercicio moderado e intenso puede causar modificaciones positivas en el ADN y eliminar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, encontró un estudio realizado por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona, España.
Esta disminución de los riesgos está ligada a la función de un gen que está vinculado a la regulación de los triglicéridos, un tipo de ácido graso causante de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares. El ejercicio físico puede ayudar a reducir también el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer y luchar contra la diabetes y la obesidad.
En el estudio, publicado en la revista Medicine and Science in Sports and Exercise, han colaborado el Grupo de Epidemiología y Genética Cardiovascular del IMIM, el CIBERCV, CIBERESP, CIBERONC, el Instituto de Investigación Josep Carreras y la Facultad de Medicina de la UViC-UCC.
«sabemos que el estilo de vida tiene un impacto en cómo se expresa la información que contienen nuestros genes, y nos preguntamos si la actividad física estaría relacionada con algún cambio en uno de estos mecanismos biológicos: la metilación del ADN», indicó Roberto Elosua, coordinador del grupo de investigación del IMIM.
Alba Fernández Sanlés apunta que «uno de los genes que encontramos con cambios en sus marcas de metilación (un cambio químico en la molécula del ADN que su capacidad para generar o no proteínas) está relacionado con el metabolismo de los triglicéridos. Ya se conoce que la actividad física disminuye sus niveles, por lo que nuestros datos sugieren que la metilación de este sitio del ADN podría ser un mecanismo mediador del efecto de la actividad física sobre ellos», indicó Alba Fernández Sanlés, una de las autoras principales del estudio.