Vania, de 22 años, fue asesinada por su ex novio que se negó a terminar la relación. Antes de morir le marcó a su mamá para contarle lo que ocurría, pero la mala señal impidió que la mujer escuchara lo que le pasaba a su hija.
El crimen se cometió en la casa donde vivía el agresor, ubicada Álvaro Obregón, en la Ciudad de México.
De acuerdo a El Universal, el sábado por la noche el teléfono de Manuela, mamá de la víctima, sonaba, pero la mujer ignoró el timbre hasta la madrugada, cuando llegó un último llamado.
Se trataba de Vania, su hija, quien con una voz entrecortada le pedía que la ayudaran pero por la mala señal no podía escuchar que le pasaba a la joven.
Cuando Manuela leyó los mensajes supo que la ex pareja de Vania la tenía encerrada dentro de un cuarto de la vecindad vivía.
La mujer de 22 años fue golpeada y asfixiada con un cordón que le ataron al cuello.
Según medios locales, Vania y su agresor se conocían desde niños, ya que eran vecinos. Tras hacerse novios ella aceptó vivir con él a cambio de que no se mudara con su madre en Chimalhuacán.
Una vez juntos la chica se dio cuenta que Luis era adicto a la droga y no solo la celaba, sino que rechazaba a la hija que ella tuvo con otro hombre.
Después de una semana en su nueva casa, Vania fue golpeada porque salió a ver a su hija; eso detonó para que ella terminara la relación.
La víctima se fue a vivir con su madrina e hija en una casa ubicada a unos 50 metros de la vecindad de su agresor.
Luis insistió tanto hasta que Vania aceptó salir con él a una fiesta que se realizaría en la vecindad donde vivía.
Ella dejó un mensaje donde anunciaba que iría a la casa de Luis.
Tras los mensajes y la llamada la familia de Vania se imaginó lo peor.
Cuando llegaron a la casa de Luis, los familiares del hombre negaron que la mujer estuviera en su casa, sin embargo, al ver a policías y a la Semefo, la madre de la chica se dio cuenta que su hija había sido asesinada.