Una niña llamada Odisea pierde a su madre durante la guerra, y un profeta ciego le indica ir a tierras lejana en busca de unas flores del color del sol, así que Odisea viaja a las montañas de México, en donde aprende sobre las tradiciones del Día de los Muertos y se le revelan detalles de su futura vida. Esa es la historia de “Odisea y las Flores del Sol”, obra teatral que Miguel Loyola escribió en la Huasteca queretana y ahora presenta en Nueva York, como su primer montaje en esta gran ciudad.
“Odisea y las Flores del Sol”, producido por El Centauro Mecánico que también dirige Miguel Loyola, se presentará en el escenario del Kraine Theater durante el festival “Days of the Dead 2023”, organizado por el Frigid New York; las funciones serán los días 28 de octubre, 1 y 2 de noviembre, en su versión en inglés, y el 29 de octubre en español.
Miguel tiene varios años trabajando entre Querétaro y Nueva York, y aunque hay muchas diferencias entre una zona y otra, encuentra similitudes porque al final, explicó, están haciendo teatro comunitario.
“Hay una gran diferencia, pero también hay una gran cercanía en cuanto a los procesos. En el caso de Purísima de Arista y Agua Zarca (Sierra de Querétaro) se trabajó con niños y adolescentes. En este caso sólo hay una niña que es Odisea, el resto del equipo son adultos, algunos actores profesionales y otro amateur que están entrando al montaje, pero al final sigue siendo un proyecto de teatro comunitario, en este caso son comunidades que existen dentro de las grandes ciudades como Nueva York, que tiene un sistema de comunidades latinas muy fuerte”, explicó a EL UNIVERSAL Querétaro.
El equipo de “Odisea y las Flores del Sol” está conformado por actores de Colombia, Puerto Rico y México. Miguel compartió que, aunque son parte de la comunidad latina, tienen sus diferencias entre las formas de pensar, y el lenguaje, “hay diferentes españoles en cada uno de ellos, hay diferencias en la educación artística, técnicas”. Y todas esas diferencias enriquecieron el montaje.
La puesta en escena se trabajó en seis meses, sólo durante los viernes, porque los actores son gente “que tiene que sobrevivir en una ciudad tan cara, tan grande y complicada como es Nueva York. Ha sido un reto para mí, dado que es mi primer montaje en Nueva York”.